miércoles, 11 de abril de 2012

Algunas notas sobre la situación en Andalucía

La izquierda transformadora se encuentra en una encrucijada como hacía tiempo que no vivía. Los resultados electorales han situado a IULV-CA como fuerza decisiva para la gobernabilidad en Andalucía. Con 12 diputados (tercera fuerza política tras el PP (50) y el PSOE (47)) somos claves para decidir el gobierno de la comunidad.

Somos la fuerza minoritaria con representación en la Junta y, sin embargo, tomemos la decisión que tomemos vamos a ser responsables casi únicos de los males que asolen nuestra comunidad (nunca de lo bueno, es lo que pasa cuando no se tienen los medios de comunicación, creadores de opinión que los dos grandes partidos dominan de una forma u otra).

Tenemos que partir, para llegar al que hacer, del análisis concreto de la realidad concreta. El contexto actual, y el que tendremos en los próximos años, es de agudización de la lucha de clases; el sistema capitalista se encuentra en una crisis profunda de la que no va a poder salir a corto plazo, aunque consigan imponer todos los supuestos económicos neoliberales que están planteando se va a seguir profundizando en la crisis de consumo en el marco de acumulación capitalista y generación de dinero inmaterial. Este contexto implica que el enfrentamiento entre los de arriba y los de abajo se va a agudizar como ya sucedió en circunstancias similares en los países del sur de América en los 90. Acompañado a esto, el neoliberalismo ha conseguido una hegemonía en el terreno ideológico, consiguiendo el objetivo que se marcaron en los 80 (sin entrar en profundidad, esto está relacionado con el control de los medios de comunicación, la burbuja económica, el retroceso en la educación…)
Por otro lado nos encontramos en un momento en el que el tejido social está casi totalmente desarticulado en la sociedad española y andaluza (aunque hay señales como el 15m que marcan la posibilidad de nuevas formas de organización social), lo que complica la posibilidad de respuesta en la calle.
Finalmente la lucha sindical, pese al éxito de la Huelga General del pasado 29M, se encuentra desde hace mucho en una postura defensiva (obligado, en parte, por la hegemonía cultural neoliberal), lo que imposibilita una fase de propuestas de avance de las condiciones laborales, y los sindicatos se ven obligados a frenar la avalancha de propuestas reaccionarias, unas veces con éxito y otras no. Es importante señalar también el desprestigio de los sindicatos entre los sectores avanzados en la lucha contra el neoliberalismo.

El discurso desarrollado por IU en la anterior asamblea federal, lanzado por el PCE, marcaba claramente la diferencia entre la izquierda transformadora (representada por IU) y el neoliberalismo (cuya máxima expresión política se representaba en el bipartidismo del PP y el PSOE), retomando con ciertos matices el discurso de las dos orillas de Julio Anguita. Junto a ello se incidió mucho en la prioridad de la lucha social frente al trabajo en las instituciones (nuestros cargos públicos deben estar en la movilización, el parlamento es un espacio que conquistamos para llevar la voz de la calle…). Este discurso se ha adaptado perfectamente al momento actual y nos ha posibilitado los resultados electorales en generales y autonómicas, consiguiendo hacerlos crecer gracias a votos de abstencionistas, y, de alguna manera consiguiendo el llamado voto útil. Si, como se ha dicho, el futuro pasa por una agudización del conflicto, queda claro nuestro que nuestro discurso y nuestra práctica debe seguir por esta senda, ya que debemos seguir posicionándonos como alternativa a las políticas neoliberales.

Dicho esto, también es cierto que las cosas no son en blanco y negro, así que, teniendo claro que nuestro camino principal debe seguir siendo la movilización, hay que decidir que hacer con los votos obtenidos.

La única opción rechazable desde un principio de todas las que tenemos es permitir que gobierne el PP (por haberlo dicho durante la campaña, por la política que están desarrollando desde que han llegado al gobierno, por ser los herederos directos del franquismo representantes de la derecha más rancia, por evitar una hegemonía en el estado del PP, por ser los representantes de los enemigos directos de nuestra clase…).

Esto implica de una forma u otra el gobierno del PSOE (somos la fuerza minoritaria y no tenemos la capacidad numérica de ir más allá). Y aquí empiezan las dudas, ya que esto a su vez nos plantea diversas posibilidades: pacto de investidura, pacto de legislatura, pacto de gobierno. Y todo con multitud de formas de hacerlo en lo concreto.
Cualquiera de las opciones va a significar un linchamiento mediático por parte de los medios de uno y otro grupo (reedición de la pinza, muleta del PSOE…). Nuestro objetivo, tal y como aprobamos en la conferencia política del PCA, es fortalecer nuestra clase, el poder popular ¿en que se concreta esto? En definir unas líneas rojas para las negociaciones, en crecer como organización (no solo en número de afiliados, si no también en la base social) y en organizarnos (tenemos que engrasar la maquinaria del Partido para ser capaces de, en cualquiera de los supuestos, trasladar los logros que consigamos en la institución, ser capaces de seguir movilizando en contra de las agresiones a los trabajadores, exigir reivindicaciones como la renta básica…).


Teniendo claro el objetivo desde las agrupaciones y las asambleas de base debe darse un debate sincero, claro y honesto que vislumbre el camino a seguir. Cada localidad va a tener una realidad particular que debe aportarse para la toma de decisión, aquí el Partido debe actuar como intelectual colectivo, jugando un papel clave en la discusión, ya que en infinidad de casos son los comunistas los que llevamos el peso de IU en las localidades, tenemos el contacto directo con la ciudadanía, conocemos sus reivindicaciones y aspiraciones. Es importante en este proceso inicial de debate abrir todo lo posible la posibilidad de participación a simpatizantes y colaboradores de la organización para tener una perspectiva amplia de la realidad.
Todo el proceso debe culminarse con una consulta vinculante a los militantes de IU sobre la decisión a tomar, y ahí el PCA debe tomar una posición colectiva fruto del debate interno.

En definitiva, como Partido nos toca estudiar, analizar y proponer, ejerciendo como vanguardia política en el desarrollo del debate. Tenemos un gran reto delante de nosotros, pero si somos capaces de actuar organizada y unitariamente seremos capaces de elegir la opción que mejor se adapte a nuestros objetivos.