El momento político actual viene
marcado por la llamada crisis que no es más que un sabotaje social: Los derechos laborales y sociales se
encuentran en regresión y la clase trabajadora sufre una tremenda indefensión frente a los grandes poderes económicos.
El agotamiento del pacto surgido de la
mal llamada Transición debido a su traición por parte de los
gobernantes del sistema, unido a la falta de reacción de la
izquierda, ha traído aparejado el debilitamiento de los sindicatos,
el descenso de la movilización social, la falta de unidad en la
lucha entre las distintas organizaciones, el descreimiento
generalizado de la política (en sentido amplio, no solo de
partidos)... La historia se repite casi miméticamente: esto mismo se
vivió en Sudaméríca en los 90, pero anteriormente en el Reino Unido
con Thatcher.
Lo que no está tan claro es como
acabará, ya que cada caso ha dado una salida diferente, por la
izquierda o por la derecha
Esto implica necesariamente que las
organizaciones de la Izquierda, se reconozcan o no en ese “eje”,
comprendamos lo que nos estamos jugando en este momento concreto, que
no es otra cosa que el futuro de nuestro país y sus generaciones
venideras.
La izquierda tiene que unirse, no en un
sentido puramente electoral, sino desde la perspectiva de la
conformación de un bloque político y social que sea capaz de
impulsar un proceso constituyente de país. La derecha ya ha empezado
la ofensiva, la empezó con la reforma del artículo 135 de la
Constitución y no ha parado de seguir su hoja de ruta.
Nos corresponde a nosotros y nosotras,
como una expresión de la ciudadanía organizada, dar la batalla para que
seamos capaces de crear las condiciones que permitan poner los
derechos sociales y laborales por encima de los intereses económicos.
Las marchas del movimiento dignidad constituyen una de las mejores herramientas que hoy día tenemos para empezar a cuajar este
proceso constituyente. Entendemos las marchas como un espacio
incluyente, donde todo aquel que reclama Pan, Techo, Trabajo y
Dignidad puede participar y poner su grano de arena en la
construcción de un futuro esperanzador.
Por encima de rencillas históricas, de
desconfianzas fundadas o infundadas, del ombliguismo que de una forma
u otra todos y todas hemos practicado en alguna ocasión, por encima
de todo eso está nuestro objetivo de derribar este sistema injusto.
Ya llegará el momento en el Sobre planes y voces, trochas, atajos y veredas, pasos atrás y pasos adelante, silencios oportunos, omisiones que no, coyunturas mejores o peores", ahora lo que toca es Unidad en la Lucha.
que discutamos, como decía Benedetti, "
En el mismo poema también decía el uruguayo "si esta vez no aprendemos, será que merecemos la derrota. Y se que merecemos la victoria"
Mañana sábado seremos miles los que
obligaremos al poder a escuchar, a que se enteren que estamos hartos
y que no vamos a aguantarlo más. El miedo está cambiando de bando
y, lo que es más importante, también la alegría, porque estamos
seguros de que vamos a ganar.
Mañana vamos a llenar las calles de
Málaga, aunque llueva, aunque granice, aunque nos cueste avanzar,
porque somos la izquierda que se moja. Si no nos da miedo el
capitalismo, menos nos da la lluvia.
Que tiemblen los poderosos.